RAINFER
En cuanto al voluntariado, el proceso a seguir es relativamente fácil, basta con escribirles y seguir una serie de pasos. Si eres escrupuloso, RAINFER no es tu sitio, si eres tiquismiquis, blandengue, si lo que quieres es tocarles, jugar con ellos, o no sabes trabajar en equipo, insisto, no es tu sitio. RAINFER es una cura de humildad: se limpia mierda a borbotones (literalmente), se preparan comidas, se limpia más mierda, y se prepara más comida. Y también conoces a gente maravillosa. las mujeres que trabajan allí son un equipo humano soberbio. Las he ametrallado a preguntas estos días, he sido una novata a la que han tenido que explicar todo de cero y no he recibido otra cosa más que amabilidad y cariño. Las admiro infinito a todas. También he conocido a estudiantes de biología en prácticas, Marina, Viki y Víctor. Me han enseñado a hacer las tareas, me han ayudado a sentime involucrada desde el primer día. Les saco veinte años como poco, esta gente tan joven, tan trabajadora, tan buena gente, me devuelve la fe en el ser humano. El modo en que tanto voluntarios como trabajadores priorizan al 120% el cuidado de los habitantes de RAINFER es un ejemplo de que el ser humano es tambén capaz de lo mejor.
Todos los habitantes de RAINFER tienen un nombre, una historia detrás, una personalidad muy marcada. El personal de RAINFER sabe todo de todos. He aprendido que a Boris (el Orangután que vivió en un circo) le gusta el kefir y que se sienta en el suelo para observarte mientras come manzanas. He conocido a Manuela (la Chimpancé más guapa del mundo) que te ofrece un puerro a cambio de tocarte las botas de agua. A Maxi, un chimpancé con raquitismo pero que tiene el corazón más noble y bueno de todo RAINFER. Y a Ximena, y a Brutus, a Johnny a Buba...
He terminado el voluntariado con la certeza de que volveré, y con el sabor agridulce de haber puesto mi granito de arena para compensar una injusticia. RAINFER se mantiene de la ayuda de los voluntarios, de los padrinos y madrinas y de las visitas tanto de grupos escolares como de familias. Lugares como RAINFER no deberían existir, pero ya que existen , ojalá que todos fueran como RAINFER.
Gracias a toda la familia RAINFER por haber hecho de este voluntariado una experiencia inolvidable que me llevo en el corazón para toda la vida
Estupendo relato. Enhorabuena por ser solidaria
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