STAIRWAY TO HEAVEN





Desde hace cuarenta años el Kennedy Center Honors (en USA, of course), rinde homenaje en una gala, a artistas norteamericanos que han destacado por su excelencia y contribución a las artes dejando un legado a la historia. La noche antes de la gala, el Departamento de Estado celebra una cena en la que los artistas homenajeados reciben una medalla que a nivel europeo equivaldría a la Legión de Honor francesa o a ser nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico. Ése es el nivel de importancia que se les reconoce. La noche siguiente, en el Kennedy Center Honors, tiene lugar un concierto en el que músicos del momento,  se unen en el reconocimiento a los homenajeados y hacen tributo a sus temas. Acuden como invitados otros músicos, actores, presentadores de televisión y por supuesto el presidente de Estados Unidos.


En 2007 el reconocimiento fue para Led Zeppelin. Una de sus canciones emblemáticas es Stairway to Heaven. El grupo Heart la versionó esa noche y posiblemente fuera lo mejor de la gala. A la batería Jason Bonham, hijo de John Bonham, el difunto batería de Led Zeppelin (murió con 32 años en la mansión de Jimmy Page, pero ésa es otra historia)). El caso es que las hermanas Wilson la liaron parda esa noche. Con sus sesenta y pico tacos dieron una lección de música y de Rock and Roll. A Robert Plant se le escapó alguna lagrimilla.

Todo ésto lo escribo porque me gustan los solos de guitarra eléctrica más que a un tonto una tiza, porque me hago mayor y cualquier gilipollas con autotune se hace llamar músico o cantante y me cabrea y apena a partes iguales. Lo escribo porque las hermanas Wilson son dos mujeres increíbles que siguen de gira por el mundo a sus casi setenta tacos (que parece que sólo salen los Rolling , coño), porque el nivel del directo de esta actuación es PER-FEC-TO y sobretodo, escribo ésto, porque sería maravilloso que a los músicos de este país se les rinda el homenaje que se merecen, con todos los honores, porque nos salvan la vida. Bunbury, Luz Casal, Radio Futura y muchos más se merecen ese reconocimiento. Ojalá, aquí, algún día.


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